jueves, 2 de abril de 2015

Caligrafía, la tendencia de lo escrito a mano

Lo cierto es que la técnica ha avanzado tanto que hace poco leía que son muchas las personas que confiesan que pueden pasarse días sin escribir ni una triste nota a mano. Pero esa mecanización de nuestras vidas tiene su contrapunto en el boom de las manualidades y el do it yourself que tanto me apasiona. Y dentro de ese mercado cada vez más creciente, en el que lo artesano se convierte en un valor al alza porque nos permite dar con productos únicos, sencillos y personales, que nos recuerdan la belleza y el carácter único de lo hecho a mano, la caligrafía es una tendencia al alza. Y ello por varias razones: pocas cosas hay más satisfactorias que crear algo con las propias manos, y nada más personal que nuestra propia letra; además, se puede aprender en talleres y espacios diversos que favorecen la socialización, tanto para conocer nuevas personas como por ejemplo para realizar un original plan entre amigas; y, no menos importante, si tenéis un poco de imaginación podréis aprovechar vuestros conocimientos caligráficos para introducir piezas absolutamente únicas con las que decorar vuestra casa. Si creíais que eso de los cuadernillos Rubio y de la “buena letra” era cosa del pasado, nada más lejos de la realidad. La caligrafía parece que ha venido para quedarse, pues hay un interés creciente por las cosas hechas a mano con cariño. Imagina por ejemplo una tarjeta dirigida a tu mejor amiga en el día de su cumpleaños, con una letra bien escrita y para la que te has tomado tu tiempo. Sin duda aporta valor añadido al regalo.



Una de las principales razones que puede explicar el boom de la caligrafía es que permite que, mientras estamos concentrados elaborando nuestras letras, conseguimos alejar aunque sea por unas horas nuestro cerebro de cualquier otra preocupación. Su ejecución exige una atención plena, por lo que invita a despojarse del estrés y las preocupaciones para concentrarnos en crear una bonita letra. Además, dado que son numerosos los estilos caligráficos y se puede ir avanzando constantemente en su perfeccionamiento, constituye un desafío mental y estimula la imaginación, que tan a menudo tenemos aletargada en medio de tanto estimulo constante de los medios de comunicación. Hay quien la define incluso como un “yoga creativo” que, además, nos conecta con la historia, pues ha venido practicándose desde hace siglos. No hay más que recordar, por ejemplo, las impresionantes decoraciones caligráficas del Islam español. Otra ventaja de la caligrafía es que puede practicarse en cualquier lugar, pues solamente se necesita papel y pluma o el instrumento deseado para pintar sobre dicho papel. Los costes también son mínimos.

Cada vez son más los talleres de caligrafía que se extienden por toda España, así que, aunque tu estilo de letra no sea especialmente bello, no tienes excusa para no ponerte a ello. Hay muchos momentos y situaciones en los que puedes poner en práctica tus conocimientos. Se me ocurre, por ejemplo, que puedes emplear tus habilidades caligráficas para escribir felicitaciones cumpleañeras o invitaciones de boda, para personalizar botes de cocina o viejas cajas, para escribir los nombres de los invitados en cualquier evento, para crear etiquetas personalizadas para clasificar los más diversos elementos, para mejorar el logotipo de tu empresa o inspirarte a la hora de crear todo tipo de rótulos… Sin duda vas a conseguir que lo que hagas tenga un toque original y hecho a mano que cada vez se valora en mayor medida. Y por supuesto, no te olvides de apuntar en tu agenda aquellos talleres y formaciones que tengan a la caligrafía como motivo, pues es una oportunidad perfecta para compartir tiempo de ocio con amigos haciendo algo absolutamente original. Lo escrito a mano, sin duda, está de moda.

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