martes, 3 de marzo de 2015

Decoración estilo vintage



Sabéis que soy una gran amante de lo vintage, es decir, de ese estilo elegante, de aire romántico, que intenta recuperar estilos antiguos con elementos o bien nuevos o bien reutilizados.  Me parece que aporta un aire refinado y original a cualquier estancia, y además casa muy bien con mi gusto por los tonos claros y la recuperación de viejos objetos. En el post de hoy quiero daros algunos tips sobre cómo conseguir dar un toque vintage a vuestras casas o apartamentos de manera muy simple. No se trata de que modifiquéis completamente la decoración que ya tenéis, pues sé que es imposible, pero con pequeños detalles podéis obtener muy buenos resultados, así que, manos a la obra:

Para empezar, los colores son importantes en este estilo. Los característicos del estilo vintage son mis favoritos: blanco, blanco roto, tonos pastel… Y otra cosa que me encantan y que también lo caracteriza: los estampados de flores en cortinas, alfombras, cojines, edredones o incluso en paredes. ¿Creíais que un muro con flores es cosa de abuelas? Pues no, porque el vintage ha vuelto a ponerlos de moda. En cuanto a los materiales, optad por aquellos más naturales, como la madera o el mimbre. También se admite la forja. En general, guiarse por estilos provenzales y naturales siempre es una buena idea para conseguir el efecto vintage, aunque si queréis un toque todavía más majestuoso, una silla, mesa o armario Luis XV es ideal. Personalmente, sin embargo, prefiero optar por acabados y detalles más sencillos, como alfombras de lana de color neutro, cabeceros de mimbre con dosel, canastos (también de mimbre), baúles, una bañera de cuatro patas en el baño, griferías de estilo antiguo…





Los complementos son esenciales para lograr un estilo vintage. Hay que intentar que sean especiales o antiguos. Si no podéis permitiros o no encontráis algo antiguo, siempre es posible recurrir a tiendas de objetos típicamente vintages o recurrir a las manualidades y aportar una nueva vida a algún objeto que tenéis por casa sin demasiado uso, aportándole un toque desgastado. Por ejemplo, un teléfono años cincuenta, frascos antiguos de perfume, baúles desgastados, relojes de pared de vuestros abuelos, tazas y platos de porcelana de flores… Las opciones son múltiples y los resultados pueden mejorarse con acabados como el patinado y el decapado, que pueden convertir en viejo y gastado cualquier objeto.

El estilo vintage se consigue, asimismo, fusionando en una misma estancia muebles y detalles de épocas muy dispares, o sea que no temas mezclar objetos antiguos con otros actuales a los que has dado tu particular toque. De hecho, otra de las características definitorias del estilo son los contrastes: entre objetos cuidados y otros más descuidados, entre elementos baratos y otros caros, entre el liso de los muebles y el decorado de las paredes… La única premisa es que todos los elementos que formen parte de un mismo espacio, aunque no tengan una conexión aparente, logren un efecto de armonía y equilibrio.

Así que ya sabéis, usad vuestra imaginación, rebuscad en viejos trasteros o preguntad a vuestros abuelos si en sus casas hay algún objeto de su  juventud que ya no empleen y que podáis adaptar a este estilo. Por mi parte, en las fotos que decoran este post os dejo algunas posibles ideas que podéis aplicar a vuestros hogares. En todo caso, Internet está lleno de tutoriales para tratar muebles y darles aspecto vintage, así como de páginas en las que comprar objetos que han sido fabricados con esta filosofía. Lo vintage está de moda y estoy segura de que no os costará ningún esfuerzo encontraros cientos de ideas inspiradoras.

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