jueves, 5 de marzo de 2015

Lanaterapia, los beneficios de tejer a mano



Olvídate de la idea de que tejer es una afición de personas mayores. Cada vez más son los jóvenes que se reúnen en clubs de tejedores o que usan sus manos para crear piezas muy originales con colores y diseños renovados, alejados de los añejos tapetes o rebequitas que nunca te pondrías. En pleno auge de lo hand made, esta actividad manual es empleada no únicamente como hobbie, sino también para desconectarse y relajarse en un mundo como el actual, en el que desempeñamos trabajos a menudo demasiado absorbentes y que no dejan tiempo para nada más. Puede ser, incluso, una manera de fortalecer los lazos sociales, por ejemplo con quedadas para tejer en espacios especialmente bonitos o relajantes. Lo cierto es que las propiedades de trabajar la lana van todavía más allá. Es lo que se ha denominado ya “lanaterapia”. ¿En qué consiste? Te lo cuento en este post:

La lanaterapia puede resumirse, en pocas palabras, como la utilización del tejido como terapia para personas que sufren algún tipo de desorden emocional o se ven sometidas a una gran tensión y estrés. Tejer lana puede ser usado como una herramienta para la recuperación mental y física de personas de todas las edades, favoreciendo la tranquilidad y el buen humor. Otro de sus beneficios psicológicos son la claridad mental y de ideas que aporta el propio acto del tejido, al conseguir el relax y la tranquilidad por medio de la labor manual. Por otro lado, la repetición automática de los movimientos que exige trabajar la lana ayuda a la relajación y a la realización personal, pues al fin y al cabo, obtenemos un producto original y creado por nuestras propias manos. 



Diariamente nos vemos sometidos a múltiple estímulos, pero ese exceso puede acabar provocando una saturación tan excesiva que impida que desarrollemos nuestra propia imaginación y creatividad. Ese es otro de los beneficios de la lanaterapia, volver a ponernos en relación con la parte más creativa de nuestro cerebro. Trabajar la lana te introduce en un proceso de creación, en el que el protagonista eres tú mismo, lo que también genera una gran satisfacción personal. 

Las agujas y los hilos también pueden ser una excusa perfecta para recuperar viejas amistades o para crear otras nuevas. Los clubes de tejer son una realidad creciente y fomentan la buena conversación y un estilo de vida mucho más tranquilo y desestresante, incluso en las grandes ciudades. Tejer nos conecta con nuestros sentimientos y pensamientos más profundos, y al tiempo permite que los compartamos, generando lazos que pueden llegar a ser tan duraderos como los del propio proceso de tejido en sí mismo. 

La lanaterapia se extendió en primer lugar a países como Estados Unidos, Chile o Japón. Llegó a España cuando en esos países ya se había empleado con éxito para tratar a personas con alguna alteración psíquica, como stress o depresión, pero también a niños con problemas de conducta o motrices. En algunos países, como Estados Unidos, incluso se enseña a niños a partir de seis años a tejer bufandas o gorros para mejorar su concentración. 



Si no tenéis conocimientos de tejido, no os desaniméis: a través de Internet es muy fácil encontrar tutoriales al respecto. O  mejor aún, podéis comenzar practicando la sociabilidad de la lanaterapia yendo a un taller donde podéis aprender la técnica o hablando con vuestras abuelas para beneficiarios de su sabiduría. Se trata de una terapia que no distingue de sexo ni de edad, por lo que incluso puede ser practicada por toda la familia como un interesante plan para las tardes lluviosas de invierno o para sustituir a todos los cacharros electrónicos y favorecer una reunión familiar improvisada.

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